«Hace tiempo que Malawi debería haber reformado la ley del aborto». 

Empecé a trabajar para CSJ News en 2019. Antes de eso, fui periodista durante 20 años. Brian, el director de CSJ, se puso en contacto conmigo después de ver una historia que escribí sobre el aborto. Era época de elecciones y yo entrevistaba a los aspirantes a diputados y les preguntaba cómo abordarían las cuestiones que afectaban a las minorías si salían elegidos. Dentro de este reportaje traté los temas LGBT, el aborto y el matrimonio precoz. Vengo de un entorno activista: incluso cuando era pequeña no me gustaba oír a alguien hablar mal de las mujeres y las niñas. Así que empecé a escribir una columna llamada Gender Talk. Siempre intento ser la voz de las personas sin voz. 

He asistido a tres funerales de niñas que perdieron la vida a causa de abortos clandestinos. 

El impacto en Malawi es realmente enorme. Tenemos un alto índice de embarazos adolescentes: son embarazos no deseados y estas chicas tienden a buscar abortos inseguros. Tienen menos dinero, no pueden decírselo a sus padres. La mayoría de las veces, el primer lugar al que se les ocurre acudir es un herbolario. En los pueblos, cuando una está enferma, suele acudir a un brujo o a un herbolario. Incluso si alguien les remite a un hospital, es probable que les rechacen, porque los médicos dirán ‘no podemos ayudarte, tenemos las manos atadas por la ley’. 

Por lo general, las chicas que acuden al herbolario con un embarazo no deseado reciben un brebaje que deben tomar dos veces al día; nadie sabe realmente qué contiene. A algunas les funciona, pero aun así, sufrirán mucho, sangrarán mucho. La mayoría de las veces no funciona, y es entonces cuando se necesita atención postaborto. Muchas chicas buscarán métodos aún más peligrosos, como beber detergente o usar un palo de yuca. 

Les decimos a las mujeres que hay otra opción. 

Estamos intentando cambiar la ley, y esto es un primer paso, pero no basta con sólo esto. También intentamos trabajar directamente con las mujeres y las comunidades para darles a conocer el aborto seguro y lo que realmente dice la ley. A través de nuestras actividades de divulgación hacemos saber a la gente que, en realidad, el aborto, aunque muy restringido, es legal en algunas situaciones. 

He visto una gran diferencia desde que empezamos este trabajo. Antes nadie hablaba de temas como el aborto. Ahora tenemos tantas historias que se han escrito, tantos programas de radio que producimos. Antes los comentarios eran siempre negativos e insultantes. Ahora la gente lo ve de otra manera, y los comentarios son mucho más positivos. Ahora se habla del aborto seguro y la gente entiende que tiene más opciones de las que pensaba. 

Hace tiempo que Malawi debería haber reformado el aborto. 

En realidad, el proyecto de ley de Interrupción del embarazo fue propuesto por primera vez en 2015 por el Ministerio de Salud tras comprobar que el 18% de la mortalidad materna en Malawi procede de abortos inseguros. En ese momento muchas mujeres estaban muriendo y el Gobierno sabía que tenía que hacer algo. La Comisión Jurídica hizo un gran esfuerzo para recorrer los distritos y reunirse con jefes, líderes y otras partes interesadas a fin de recabar opiniones y experiencias para dar forma al proyecto de ley. 

Por supuesto, hubo mucha presión por parte del movimiento antiabortista, pero finalmente se llegó a un consenso para que el proyecto de ley permitiera el acceso al aborto en determinadas circunstancias. Actualmente, la ley sólo permite el aborto cuando la vida de la embarazada corre peligro. El nuevo proyecto de ley ampliaría a situaciones como el embarazo por violación o incesto, la malformación del feto y las amenazas para la salud mental o física de la mujer.  

A los responsables políticos les ponía especialmente nerviosos permitir el «aborto a solicitud» y al principio los diputados se negaron siquiera a debatir el proyecto de ley. Se redactó hace diez años, pero aún no se ha debatido en el Parlamento. De ahí que nos esforcemos por aumentar el apoyo de las bases a la reforma del aborto, para demostrar que se trata de un problema que afecta a todas las comunidades, y que la carga recae con mayor dureza en los más vulnerables. 

Ninguna niña debe morir a causa de un aborto inseguro. 

Quiero ver un Malawi en el que todo el mundo pueda acceder a la planificación familiar, creo que ese es el punto de partida. Esto ya ayudaría a reducir el aborto inseguro. También quiero que se apruebe el proyecto de ley TOP, que ampliaría el derecho legal al aborto seguro a más personas. 

Estamos orgullosos del trabajo que ya hemos realizado para involucrar a jóvenes, mujeres activistas y líderes religiosos en este tema. Ahora se sienten lo suficientemente valientes como para hablar de estos temas y del impacto que tienen en sus vidas.   


Penelope Paliani Kamanga – Directora de Programas, CSJ News