El poder de la solidaridad mundial por el derecho al aborto  

El Día Internacional del Aborto Seguro nos brinda una gran oportunidad para reflexionar sobre la necesidad de un movimiento globalmente conectado por la justicia reproductiva.  

Al fin y al cabo, las fuerzas que pretenden restringir nuestra autonomía corporal están conectadas globalmente. Nuestra resistencia también debe traspasar las fronteras geográficas y políticas.  

Los actores globales están trabajando duro para reducir nuestras libertades reproductivas.  
  • El grupo español Citizen Go, tiene vínculos con actores de extrema derecha de Estados Unidos y Rusia, y ha hace incidencia en contra del derecho al aborto seguro, la anticoncepción, la educación sexual y los derechos LGBT+ en varios países africanos.  
  • Los gobiernos autoritarios están cerrando ONG y limitando a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en cuestiones sociales. Sólo este año, tres organizaciones asociadas a SAAF se han visto obligadas a cerrar como organizaciones legalmente registradas. Varias otras se enfrentan a una amenaza similar para su trabajo.  
Pero no les dejaremos ganar.  

El movimiento mundial por el derecho al aborto es imparable. Como escribimos el año pasado, «sigue habiendo abortos, incluso en los contextos más difíciles, porque suficientes personas valientes y comprometidas deciden actuar por lo que es justo». Nuestras luchas están vinculadas, pero también lo están nuestro poder y nuestra capacidad para reclamar espacio.  

Muchos activistas mundiales se están conectando en línea y poniendo de relieve cuestiones sociales que los medios de comunicación dominantes no cubren eficazmente. El potencial radical de los jóvenes que comparten contenidos en apoyo de Palestina, las campañas antirracistas y el aborto seguro, ha aparecido en el debate sobre la prohibición de TikTok en Estados Unidos.  

El aborto es un tema estigmatizado, por lo que trabajar por la justicia reproductiva puede resultar aislante. Crear espacios de confianza, online y offline, donde las activistas puedan reunirse es, por tanto, vital para nuestro trabajo y nuestra moral.  

Cuando nos unimos como movimiento internacional, somos más fuertes.  

La historia del activismo por el derecho al aborto es una historia de colaboración y organización transnacional. De hecho, el «Día Internacional del Aborto Seguro» fue lanzado por un grupo mundial de feministas en 1990:  

«Fue catártico. Hubo consenso. Había muchas líderes latinoamericanas, mujeres de muchos lugares. Nos llenó de energía».  

Asistieron más de 3000 personas y la fecha del 28 de septiemnbre fue propuesta por las mujeres brasileñas como significativa:  

«Ese día, en 1871, Brasil había aprobado la llamada “ley del vientre libre”, que concedía la libertad a los hijos nacidos de esclavas. «Para nosotras, la libertad de vientres era el aborto libre».  

Las asistentes a la reunión también conocieron el uso del Misoprostol, desarrollado originalmente como tratamiento de la úlcera de estómago, para interrumpir embarazos. Este «descubrimiento» de las feministas brasileñas se utiliza ahora comúnmente en todo el mundo. El fármaco se incluyó finalmente en la lista de medicamentos esenciales de la OMS en 2005.  

Las feministas se inspiran mutuamente y comparten tácticas que han tenido éxito.  

A escala mundial, existe una tendencia abrumadora hacia la liberalización de las leyes sobre el aborto.  

En 2020, el mundo vio cómo Argentina legalizaba el aborto a petición hasta las 14 semanas de embarazo. Fue una gran victoria para las feministas, y el cambio fue liderado por el movimiento «Marea Verde». Las técnicas utilizadas por este movimiento para defender el acceso al aborto seguro han sido adoptadas desde entonces por otros activistas de todo el mundo, que se llenaron de esperanza al ver que un país mayoritariamente católico introducía el aborto legal.  

Por ejemplo, los pañuelos «pañuelo verde », adoptados por primera vez por las feministas argentinas en 2003, son ahora un símbolo mundialmente reconocido del activismo por los derechos reproductivos:  

«La dimensión transnacional del pañuelo le confiere un mayor peso simbólico y permite a las activistas sacar fuerzas de movimientos de otros países».  

Feministas polacas y argentinas trabajaron juntas para organizar una huelga internacional de mujeres, inspirada en la huelga de mujeres polacas contra las restricciones al aborto en 2016:  

«Siempre hay condiciones diferentes, políticas, históricas, culturales, pero siempre hay algo que se puede copiar».  

SAAF está creando espacios de colaboración y conexión.  

Es un honor para nosotros poder prestar apoyo financiero y logístico a un movimiento mundial próspero por el derecho al aborto. SAAF concede subvenciones, pero también creemos que tenemos el deber de fomentar las relaciones continuas entre los activistas de este campo.  

Para ello, tenemos un grupo de debate cerrado en línea donde todas nuestras organizaciones asociadas, pasadas y presentes, pueden compartir información y éxitos. También organizamos reuniones online y presenciales con interpretación de idiomas para que personas de distintas regiones puedan interactuar y aprender unas de otras.  

De estas interacciones hemos visto muchas iniciativas transmundiales inspiradoras. Por ejemplo, tras ver un documento de investigación sobre la despenalización del aborto en Brasil en un Encuentro Global de SAAF, una organización de Malawi creó el suyo propio, que sigue utilizando en sus actividades de incidencia política. Organizaciones de Indonesia y Kenia han iniciado recientemente debates para mejorar la difusión del apoyo al aborto entre las personas con discapacidad.  

Nos entusiasma ver que el movimiento mundial contra el aborto crece en fuerza y en número, y nos enorgullece desempeñar un pequeño papel ayudando a crear conexiones.  


Por Laura Hurley, Responsable de Comunicación del Fondo de Acción por el Aborto Seguro (SAAF)