La situación del aborto en Turquía es complicada. Sobre el papel tenemos una ley bastante liberal, pero en realidad el acceso al aborto está muy restringido.
El aborto es legal si se solicita hasta las 10 semanas. Si se compara esto con otros países de la región, Turquía puede parecer más igualitaria. Pero en la práctica, debido a las políticas pro natalistas del gobierno, el acceso al aborto no es posible en los hospitales públicos. Tenemos una enorme brecha entre la ley y la práctica.
El cuerpo y la sexualidad de las mujeres siempre han estado bajo el control del Estado.
El aborto estuvo prohibido hasta 1983. Fue una época en la que Turquía sufrió un golpe militar. Se cerraron todas las instituciones democráticas y se detuvo a activistas, profesores y periodistas.
Después de que los militares tomaran el mando, introdujeron algunas reformas legales para dar la impresión al resto del mundo de que la democracia estaba intacta. Por ejemplo, firmaron la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención contra la Tortura. En esa época, también legalizaron el aborto y la posibilidad de que las personas trans tuvieran reconocido legalmente su género. Estas leyes no surgieron necesariamente por un compromiso con los Derechos humanos, sino para presentar al país como progresista ante la comunidad internacional.
El aborto ha sido muy estigmatizado por los dirigentes del país.
En 2012, el presidente Erdoğan provocó enormes protestas al comparar el aborto con una masacre y sugerir que se modificara la ley para que sólo se permitieran procedimientos hasta las cuatro semanas de embarazo. De nuevo, en el Día Internacional de la Mujer dijo: «Considero el aborto un asesinato» e incluso denunció los partos por cesárea como «antinaturales». El alcalde de la capital, Ankara, dijo en directo por televisión que una mujer que se planteara abortar debería «suicidarse y no dejar que el niño cargue con el peso de su error».
Estas escandalosas declaraciones hicieron que miles de mujeres salieran a la calle para afirmar nuestros derechos reproductivos y rechazar la propuesta de reducir el plazo legal para abortar. Aunque el rechazo del cambio legal tuvo éxito, el gobierno introdujo diversos cambios en el sistema sanitario para que el aborto fuera de facto imposible de obtener.
Desde principios de la década de 2000, el gobierno ha introducido barreras al acceso al aborto.
Los servicios de salud sexual y reproductiva ya no están disponibles en los centros de salud locales, sino únicamente en los hospitales estatales. Estos hospitales suelen estar en grandes ciudades y son mucho menos accesibles para muchas personas. También hemos descubierto que los médicos suelen desinformar y negar la atención a quienes solicitan servicios de aborto.
Nuestra investigación muestra que sólo alrededor del 4% de los hospitales públicos de Turquía realmente prestan servicios de aborto. Y el coste del procedimiento en los hospitales privados es casi igual al salario mínimo.
Se exige el consentimiento paterno a las menores de 18 años, y las mujeres casadas deben obtener el permiso de su marido para abortar.
A pesar de las investigaciones que aprueban la seguridad y eficacia del uso del aborto con medicamentos en Turquía, el misoprostol no está disponible. De hecho, el aborto con medicamentos no se entiende bien por parte de los profesionales de la salud, ni por las mujeres que entrevistamos, que tenían muchas dudas sobre si era «arriesgado». Turquía es el único país en el que se ha bloqueado el sitio web de Mujeres en la Red, a pesar del derecho legal al aborto a petición.
Queremos cambiar la conversación sobre el aborto y que las mujeres conozcan sus derechos.
A pesar de enfrentarnos a un entorno político difícil, estamos decididos a mejorar el acceso a los derechos reproductivos. A través de nuestra investigación descubrimos que las mujeres a las que entrevistamos estaban a favor de que el aborto fuera un derecho legalmente accesible. Esa fue la opinión incluso de las mujeres en entornos conservadores. Estamos trabajando para mejorar los conocimientos y los valores de los prestadores de servicios de salud y los estudiantes de medicina, para garantizar que se animen a prestar servicios de aborto como exige la ley.
Hemos creado un sitio web muy informativo, que por primera vez reúne información basada en pruebas sobre el aborto en lengua turca, y apoya a quienes se les niega la atención reproductiva para que defiendan sus derechos.
Esperamos que se produzca un cambio en la comprensión del aborto como un derecho, y que todos los que lo necesiten dispongan de servicios de aborto seguro.
Por Ezel Buse Sönmezocak e İrem Gerkuş, de Women for Women’s Human Rights (WWHR), organización asociada de SAAF en Turquía.