La tormenta perfecta: Abortos inseguros en las escuelas de Uganda 

Los abortos inseguros se han convertido en una crisis silenciosa pero mortal entre las estudiantes ugandesas. A pesar de las alarmantes estadísticas y de las consecuencias potencialmente mortales, este problema permanece en gran medida envuelto en el silencio debido a una compleja mezcla de leyes restrictivas, conservadurismo religioso y estigma social. 

En una reciente sesión de salud impartida por Family Medical Point en un instituto de secundaria, la mayoría de las chicas nos dijeron que considerarían la posibilidad de abortar si se enfrentaran a un embarazo no planificado. Sin embargo, ninguna de ellas mencionó haber buscado el apoyo de un profesional de salud o de un centro asistencial. Esto pone de manifiesto la situación desesperada en la que se encuentran estas jóvenes, obligadas a recurrir a métodos peligrosos y a menudo mortales para poner fin a embarazos no deseados. 

Varios factores contribuyen a la crisis de abortos inseguros entre las jóvenes. 

La legislación ugandesa sobre el aborto es confusa y contradictoria, lo que crea un vacío legal que dificulta el acceso a procedimientos seguros. Aunque la constitución no prohíbe explícitamente el aborto, la poderosa influencia de las instituciones religiosas ha llevado a una interpretación restrictiva de la ley. 

Muchas escuelas de Uganda prohíben la educación sexual o proporcionan información inadecuada e inexacta. Esto deja a las jóvenes mal preparados para tomar decisiones informadas sobre su salud reproductiva. Las adolescentes se enfrentan a importantes barreras para acceder a los anticonceptivos, lo que aumenta el riesgo de embarazos no deseados. 

El aborto es un tema tabú en muchas comunidades ugandesas, y las chicas que recurren a él a menudo se enfrentan al ostracismo y al juicio. 

Los abortos inseguros tienen graves consecuencias para la salud, como infertilidad, infecciones e incluso la muerte. Las adolescentes son especialmente vulnerables a estas complicaciones debido al desarrollo de sus cuerpos. Abordar esta crisis exige leyes de aborto claras y progresistas que den prioridad a la salud y los derechos de las mujeres. Las escuelas deben implantar programas de educación sexual adecuados a la edad que proporcionen información precisa sobre salud reproductiva, anticoncepción y aborto. 

Como activistas por el derecho al aborto, tenemos que seguir defendiendo que los anticonceptivos asequibles y accesibles estén al alcance de todos los jóvenes. 

El diálogo abierto sobre el aborto es esencial para cuestionar las ideas erróneas y crear un entorno de apoyo para las chicas. 

El silencio que rodea a los abortos inseguros entre las estudiantes es una realidad desgarradora y un duro recordatorio de las desigualdades e injusticias a las que se enfrentan las jóvenes en muchas partes del mundo. 

Family Medical Point está a la vanguardia de la lucha contra esta crisis en las escuelas situadas en comunidades pesqueras. Lo hacemos mediante exhaustivas «sesiones musawo» (educación en salud) para normalizar las conversaciones sobre el aborto y la Salud sexual y reproductiva (SSR). También, la defensa de los medios de comunicación para cambiar la narrativa sobre el aborto, las clínicas móviles para extender los servicios de SSR a los desatendidos, y los alcances comunitarios para proporcionar a las mujeres jóvenes el conocimiento, los recursos y el apoyo que necesitan. 

Personalmente, ser testigo de las luchas de las jóvenes que se enfrentan a embarazos no deseados y de aquellas cuyas vidas se vieron irrevocablemente alteradas por un aborto inseguro ha sido una motivación en mi trabajo. Sus historias, como las de muchas otras, ponen de manifiesto la urgente necesidad de una educación sexual integral, una atención en salud accesible y comunidades solidarias. Me comprometo a trabajar incansablemente para crear un futuro en el que toda mujer joven tenga derecho a controlar su propio cuerpo y su futuro. 

Es hora de romper el silencio y tomar medidas decisivas para proteger el futuro de las jóvenes. 


Por Nabwire Polyne, Coordinadora de Programas y Comunicaciones de Family Medical Point, organización asociada de SAAF en Uganda.