Decidir luchar por la justicia reproductiva en Nigeria no es solo una carrera profesional. Es una misión personal impulsada por un profundo propósito, una determinación inquebrantable, una convicción, compasión y urgencia, en un país donde el silencio en torno al aborto inseguro le está costando la vida a niñas y mujeres.
Nunca olvidaré a Olaedo, una chica de 16 años llena de vida cuya vida se acabó trágicamente tras acudir a un proveedor sin formación para abortar. O a Peju, una joven embarazada de ocho meses que casi muere al intentar interrumpir su embarazo en un acto desesperado. Y luego está la imagen que no puedo borrar de mi mente: un recién nacido abandonado en un contenedor de basura, abandonado por una madre que no veía ninguna salida segura ni apoyo.
Estas historias no son aisladas, son la devastadora realidad de demasiadas niñas y mujeres en Nigeria. Son síntomas de un sistema quebrado y de una sociedad silenciada por el miedo, la vergüenza y la desinformación.
Creo en la justicia reproductiva, sin excepción. Creo que todas las personas tienen derecho a vivir libres de violencia y vergüenza, y a tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su futuro. Esto es más que incidencia. Es una lucha por la vida.
Una lucha por la libertad. Una lucha por la dignidad, y no voy a dar marcha atrás.
Dos décadas de acción: mi camino hacia la justicia reproductiva.
Ante los mitos profundamente arraigados que rodean el aborto en Nigeria, supe que el silencio no era una opción. Decidí levantarme, y esa decisión dio lugar al nacimiento de la Iniciativa Generacional para la Red de Mujeres y Jóvenes (GIWYN). Arraigada en soluciones audaces lideradas por la comunidad y basada en valores feministas, GIWYN es más que una organización: es un movimiento. Un movimiento impulsado por las voces inquebrantables de activistas de base, comprometidos con hacer realidad la justicia reproductiva y garantizar que decidir no sea un privilegio, sino un derecho fundamental.
Durante más de veinte años, hemos luchado para proteger y promover la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR), la justicia de género y el desarrollo sostenible. Nuestro impacto ha llegado muy lejos, tocando las vidas de mujeres, niñas y jóvenes en las comunidades que más lo necesitan.
El trabajo de GIWYN se basa en la evidencia y está arraigado en la rendición de cuentas.
GIWYN ha sido una fuerza impulsora para romper el silencio sobre los derechos reproductivos en Nigeria.
Desde 2016, nuestra línea telefónica multilingüe ha llegado a más de 3,1 millones de personas, lo que ha dado lugar a una mayor concienciación, a una toma de decisiones oportuna y a una reducción de la desinformación sobre cuestiones críticas de salud reproductiva.
A través de la capacitación y la tutoría de más de 5000 personas y 1500 organizaciones en toda África, hemos ayudado a crear una fuerza laboral cualificada en materia de SRHR y hemos fomentado respuestas comunitarias más sólidas.
Nuestra red panafricana (EMPATH Alliance) ha fortalecido a más de 68 organizaciones y 5000 activistas, lo que ha dado lugar a una incidencia más coordinada, la creación de movimientos sostenidos y el establecimiento de redes a nivel nacional, regional y mundial.
Las pruebas de nuestra colaboración en el estudio SAFE, publicado en The Lancet, confirmaron la seguridad y eficacia del aborto con medicamentos autogestionado con apoyo y acompañamiento. Esto ha contribuido a ampliar el acceso y a actualizar con información los modelos de prestación de servicios y los sistemas de monitoreo. Nuestra investigación sobre políticas y legislación en Nigeria ha influido en la elaboración de directrices para un aborto más seguro y ha fomentado el diálogo sobre la reforma legal. A través de nuestra unidad móvil de salud, hemos aumentado el acceso a productos esenciales y a servicios de salud primaria en comunidades desatendidas, reduciendo las barreras de transporte y mejorando la búsqueda temprana de atención.
Es importante destacar que hemos movilizado a 82 000 jóvenes y apoyado a 50 adolescentes embarazadas para que reclamen sus derechos, lo que ha dado lugar a una mejor incidencia liderada por los jóvenes, una mayor utilización de los servicios y una mayor inclusión en los espacios de toma de decisiones.
Espero que Nigeria se convierta en un líder en materia de justicia reproductiva en África.
Con un liderazgo audaz y una acción colectiva, Nigeria puede convertirse en un modelo para la reforma progresista de los derechos sexuales y reproductivos en África y en un país donde la autonomía reproductiva no sea un privilegio, sino un derecho de todas las personas.
Esperamos un futuro en el que investigaciones como el estudio SAFE impulsen cambios en las políticas y sirvan de base para la prestación de servicios. Un futuro en el que los Ministerios de Salud integren la atención integral del aborto en las estrategias nacionales de salud y en el que los datos sobre el acceso al aborto se utilicen para reducir la mortalidad materna y mejorar los resultados para todas/os.
Esperamos ver un movimiento aún más conectado y con más recursos de activistas feministas, líderes comunitarios, defensores legales y proveedores de servicios de salud que trabajen juntos a través de los estados y las fronteras para desmantelar las normas perjudiciales, desafiar las leyes injustas y promover la justicia reproductiva en todos los rincones de Nigeria.
Por Sybil Nmezi, fundadora y directora ejecutiva de GIWYN, una organización socia de SAAF en Nigeria.