En 2020, Argentina dio un paso histórico al aprobar la Ley 27.610, que garantiza el derecho al aborto legal hasta la semana 14 de gestación inclusive y bajo causales sin límite de tiempo. Fue una conquista feminista globalmente celebrada, iniciada hace muchos años atrás y que dió origen a la marea verde.
Los resultados a partir de la sanción de la Ley fueron claros: más de 245.000 personas accedieron a abortos seguros1 en el sistema público de salud en los primeros dos años de implementación, y las muertes por aborto disminuyeron más de un 50%. Estos datos oficiales confirmaron lo que los movimientos feministas sostenían desde hacía décadas: garantizar derechos salva vidas.
Pero hoy, esa conquista está en riesgo.
Un retroceso que afecta vidas.
Desde su asunción en diciembre de 2023, el gobierno de Javier Milei profesa abiertamente una postura contraria al aborto y a la agenda de género. Este discurso genera estigma, desinformación y miedo. También alimenta la idea de que los derechos pueden ser “revisados” o condicionados.
En el territorio, esto se traduce en obstáculos concretos: desfinanciamiento de políticas públicas, falta de insumos, incertidumbre en el sistema de salud y hostigamiento político hacia profesionales que garantizan derechos.
Un ejemplo clave es el desmantelamiento del Plan de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), una política integral que redujo los embarazos no deseados en niñas y adolescentes casi un 50% desde su implementación en 2018, hasta su desmantelamiento paulatino a partir de diciembre de 2023. Su interrupción no es solo un retroceso sanitario: es un golpe directo a la autonomía de niñas, niños y adolescentes.
Cuando el Estado retrocede, las desigualdades se profundizan. Y quienes cargan con las peores consecuencias son siempre las mismas: mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar, especialmente las que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
Litigar para sostener derechos.
En este contexto, las organizaciones de la sociedad civil argentina continuamos trabajando en conjunto intensificando nuestras estrategias de litigio en defensa de las instituciones democráticas, la salud pública y los derechos de niñas, mujeres y adolescentes en toda su diversidad. De esta manera exigimos al Estado Nacional:
- Transparencia y rendición de cuentas en políticas de salud sexual y reproductiva.
- Distribución equitativa y suficiente de insumos para garantizar el acceso al aborto y a la anticoncepción.
- Revisión de candidaturas contrarias a los derechos: impugnamos designaciones de Jueces que amenazaban los derechos conquistados.
- Erradicar violencias institucionales en el acceso al aborto, criminalización y barreras de acceso a la justicia.
El derecho a decidir no se sostiene solamente con la vigencia de la ley. Se defiende cada día, en centros de salud, en tribunales y en los territorios.
Cultura, memoria y esperanza: el reciente estreno de la película Belén.
En medio de este contexto desafiante, Argentina ofrece también señales de resistencia. Una de ellas es el estreno de la película Belén, basada en la historia real de una joven tucumana criminalizada tras un evento obstétrico y la incansable lucha de Soledad Deza, su abogada defensora que, apoyada por todo el movimiento feminsita nacional, logró la liberación de Belén.
Su historia, como la de muchas mujeres injustamente perseguidas por abortos o emergencias obstétricas, nos recuerda que la criminalización no es teórica: tiene rostro y consecuencias devastadoras.
En un escenario regresivo, Belén funciona como memoria, visibilización y esperanza. Es una obra que recupera el poder de la marea verde y el papel del movimiento feminista en conquistar y defender derechos. Invita a la sociedad a no retroceder, a empatizar y a sostener los avances logrados.
Que esta película circule en un momento en que el gobierno argentino se pronuncia en contra del derecho al aborto, la perspectiva de género y la educadción sexual integral, buscando reinstalar el miedo, es un acto político y cultural fundamental. Ya está disponible para ver en línea a través de la plataforma Prime Video, les invitamos a verla para conocer mejor la historia de la lucha por el aborto en Argentina.
Mirar más allá de Argentina.
El retroceso argentino no ocurre aislado. Estamos viviendo en un momento global donde movimientos conservadores avanzan y buscan controlar los cuerpos y decisiones de mujeres y personas gestantes.
Sin embargo, también sabemos que las redes feministas trascienden fronteras. La marea verde es un símbolo internacional, y nuestra experiencia demuestra que la organización, la evidencia y la solidaridad pueden transformar realidades.
Mientras exista desigualdad, existirá resistencia.
Defender el derecho al aborto no es sólo defender la autonomía, la igualdad y la dignidad, es también defender la democracia.
Hoy, en Argentina, nos toca redoblar estrategias, insistir en el cumplimiento de la ley, acompañar a quienes lo necesitan y sostener la voz colectiva que nos trajo hasta acá.
Los retrocesos son reales, pero nuestra historia demuestra que las conquistas feministas no se borran: se defienden. Y, como enseña Belén, cada historia contada, y cada derecho ejercido, abre camino para quienes vienen después.
Por Patricia Sotile, integrante del área jurídica del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), organización asociada de SAAF en Argentina.
Foto: Lina Etchesuri
- Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, Ministerio de Salud de Nación, Implementar IVE-ILE, Ley 27.610, años 2021, 2022 e informe actualizado a 2023.




